Mazatlán, Sinaloa, julio del 2011.
Miriam Selene Lizárraga Reyes.
Mucho se ha indagado en temas relacionados con la sexualidad de adolescentes, numerosas investigaciones han aportado sus resultados para comprender de qué manera asumen su sexualidad; sin embargo, partiendo de la influencia que tiene el entorno familiar, económico y social en el que el sujeto se desenvuelve, la sexualidad de éste puede ser analizada.
Los datos ya conocidos sobre la sexualidad en jóvenes adolescentes son generalmente aplicables para una totalidad, pero son los factores sociales, familiares y económicos los que determinen el grado de validez de dichos datos.
Hablar del alumno de telesecundaria, es introducirnos en su hábitat y comprender desde su núcleo familiar, cómo experimentan sus etapas de desarrollo, sus costumbres, cultura y sexualidad. El término de “telesecundaria” nos transporta a la imagen de alumnos con necesidades especiales de educación, ya sea por pertenecer a un grupo social alejado al de una comunidad donde puedan asistir a una escuela cercana a su hogar. Esto nos lleva a comprender que se trata de jóvenes con culturas resistentes al cambio, con tabúes, familias conservadoras, y estilos de vida en su mayoría humildes. Nos da factores determinantes para revisar cómo el joven va adquiriendo su cultura sexual, cómo la desarrolla, de qué manera la asume, y en qué momento se responsabiliza y hace uso de su decisión para definir su vida sexual en pareja.
La cultura sexual del adolescente parte desde su identidad de género, el cual lo obtiene desde que es concebido. El concepto de género se utiliza para describir aquellas características en los hombres y las mujeres que han sido conformadas "socialmente", en contraste con aquellas que están determinadas “biológicamente"; es decir, lo que determina la identidad y el comportamiento de género no es el sexo biológico, sino el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, ritos y costumbres atribuidas a cierto género. Por lo que, no se puede ni se debe sustituir el concepto de sexo por género, o viceversa; son cuestiones distintas. El sexo se refiere a lo biológico, el género a lo construido socialmente, a lo simbólico.[1]
“El sexo deriva su significado del género. No es que plantee que el sexo, la sexualidad y el cuerpo no sean importantes, sino que ellos son experimentados, comprendidos y asimilados a través de prácticas y procesos sociales; son constituidos a través del género y a la vez ayudan a establecer el género”.[2]
El adolescente asume su sexualidad en base a estereotipos impuestos para cada género. En el caso del hombre, se ha introducido la idea de ser activo, dominante; en cambio de la mujer se espera que sea pasiva, sumisa a la imponencia sexual del hombre, de esta manera la cultura sexual de ambos es permanente y responde a los estereotipos marcados.
La sexualidad que vive un adolescente de telesecundaria requiere de una interacción con el exterior, y una orientación hacia cómo decidir vivirla y desde qué momento. El docente o profesor brinda las herramientas que cree conveniente que sean aprendidas, sin embargo el alumno, en base a sus aprendizajes y experiencias personales y sociales, es quien decidirá adoptar nuevos patrones o arraigarse en los mismos que lo han acompañado desde generaciones atrás.
Así como es de tomar en consideración los aspectos culturales y sociales en el cual se desarrolla el individuo. También, son de gran importancia los cambios biológicos que sufre el adolescente durante su desarrollo. Estos deben ser comprendidos en medida en que van apareciendo, pero ¿cómo explicar la sexualidad de manera científica en el nivel medio básico cuando existe otra serie de factores que la convierten en un tema delicado y a veces prohibido?
Esto es sólo entonces, el principio del problema cuando además en su tratamiento existen una serie de elementos que la convierten en peligrosa para la mentalidad de los adolescentes. Uno de estos factores, lo constituye la oposición de algunos padres de familia o de algunos sectores de la sociedad para que se imparta educación de este tipo entre los alumnos de educación media básica. Este conjunto de individuos suelen representar a un tipo de sociedad cerrada y con "altos principios morales y religiosos" que consideran que la educación sexual destruye la dignidad humana. Nada más alejado de la realidad, pero que con su postura vuelven insana la enseñanza de estos contenidos y generan una problemática polémica acerca de sus enseñanza o no enseñanza en la escuela primaria.
Atendiendo este fenómeno, podemos hacer uso de la psicología humanista en la educación, puesto que es innovadora, pretende formar al ser humano en su totalidad y procura satisfacer sus necesidades. La psicología humanista según Maslow, tiene como meta en el sujeto llevarlo a: “aprender a crecer, aprender hacia dónde crecer, aprender qué es bueno y malo, aprender qué es deseable e indeseable, aprender qué elegir y que no elegir”, en este caso podemos concretar que desde el punto de vista humanista, se puede conducir al alumno hacia una sexualidad sana, la cual pueda comprender, aceptar, desarrollar, sobre todo decidir de qué manera vivirla y que lo lleve a su autorrealización.
La sexualidad humana se hace, conforma y sostiene gracias a la presencia de acciones concretas y específicas del conjunto social y familiar[3], por lo que forma parte de una de las etapas más significativas del ser humano, fundamental a la vez, para sentirse pleno. Esto es parte de su autorrealización.
Partiendo de que la autorrealización consiste en desarrollar todo nuestro potencial y convertirnos en todo lo que somos[4], la sexualidad es uno de los aspectos de la vida que abarca todo nuestro ser y define lo que somos: el género, el erotismo, la vinculación afectiva interpersonal y la reproductividad.
El aspecto sexual viene a llenar una de las necesidades fisiológicas básicas del ser humano, que de acuerdo con Maslow, respirar, beber agua, alimentarse, dormir, descansar, eliminar los desechos, evitar el dolor y tener relaciones sexuales ocupan el primer lugar en la pirámide de necesidades que se deben cubrir para llegar a una Autorrealización. El logro de una determinada identidad sexual dependerá de las vinculaciones afectivas que la persona haya desarrollado así como de sus características individuales, de las conductas sexuales aprendidas, imprimiéndole una particularidad a su forma de expresar su sexualidad.[5]
Teniendo claro estos conceptos se establecerá la forma en que la sexualidad se presenta en la adolescencia, a fin de comprender las actitudes asumidas por los adolescentes de telesecundaria respecto a su sexualidad y la importancia de ésta. Para el adolescente la sexualidad comprende desde sentimientos, sensaciones, deseos, emociones y sueños. Es la etapa en la que se le da un énfasis a estos aspectos, por ello es importante reconocer que la sexualidad comienza a tomar forma en esta etapa de la vida y si se quiere brindar una guía adecuada es necesario tenerla en cuenta.
El alumno se encuentra de frente a un sistema que pretende moldear sus conductas y penetrar en sus estilos de vida para que apliquen nuevos conocimientos a sus vidas cotidianas. Esto le suele pasar a todo alumno de cualquier lugar perteneciente o no a un sistema educativo regular; la diferencia radica en la resistencia que ponga el alumno con los factores sociales anteriormente mencionados.
Como en cualquier adolescente en edad entre los doce y quince años, el aspecto sexual sufre un cambio determinante. Sin embargo no es atendido adecuadamente, o bien, no es abordado desde el origen de su naturaleza. Los temas sexuales no son hablados abiertamente y da entrada al morbo, dudas y juicios erróneos sobre las conductas sexuales propias y de los demás.
En el nivel de secundaria, dentro del programa de telesecundaria, se contemplan las necesidades de las comunidades alejadas, a través de planes de estudios específicos, de manera que al alumno no le resulte externa su aplicación en la vida cotidiana. Nos referimos a “externa” cuando para el alumno no es significativo, relevante o que considere que no tiene importancia en su entorno; pues en la mayor parte de los casos, desde pequeño ha recibido una educación basada en roles familiares enfocados a trabajos de campo, con ausencia de sus padres, en convivencia con personas mayores, todos ellos sin haber asistido a escuelas. Esto es lo que el joven trae consigo: un historial de conductas, un patrón de pensamiento heredado por sus padres y abuelos; la convivencia con jóvenes con estilos de vida sin progreso que no aporten un sentido opuesto; y un lenguaje “común” característico de la comunidad a la que pertenecen.
El profesor de telesecundaria tiene una labor difícil al encontrarse con alumnos que piensan en la sexualidad como algo prohibido y marginado. Éste debe tomar en cuenta el historial de vida del alumno, de tal forma que le permita conducirlo hasta lograr una asimilación de cambios y procesos sexuales, y obtener una autorrealización y su desarrollo personal.
Bibliografía:
· Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, http://www.crim.unam.mx/drupal/, 07-07-2011, disponible en la Web: http://132.248.35.1/bibliovirtual/Tesis/Arillo/contenido.pdf
· Wikipedia, Pirámide de Maslow, 07-07-2011, Disponible en la Web: http://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_de_Maslow#Necesidades_b.C3.A1sicas
· Marina, José Ignacio; ¿Qué es la Autorrealización?, Astrología y Desarrollo Personal, publicado el 19-04-2008, consultado el 07-07-2011, disponible en la Web: http://www.sermasyo.es/articulos/autorrealizacion/que-es-autorrealizacion/
· Martínez Villena Rubén, Biblioteca Pública, Investigación: “Sexualidad Responsable. Su importancia”, 07-07-2011, disponible en la Web: http://www.bpvillena.ohc.cu/index.php?option=com_content&view=article&id=367:investigacisexualidad-responsable-su-importanciaq&catid=55:sexualidad&Itemid=49
· Sexualidad en la adolescencia, Pegándole a lo seguro, 07-07-2011, disponible en la Web: http://www.pegandolealoseguro.com/sexualidad.html
[1] Lassonde, Louise (1997). Op. Cit. P. 78
[2] Acker, Joan (1992). “Gendered Institutions: From Sex Roles to Gendered Institutions”, Contemporary Sociology. 21, 5, p. 566.
[3] Licda. Rocío Chaves Víquez; Pamela Umaña Barrientos (http://www.binasss.sa.cr/revistas/ts/63/art5.htm#Fariñasex)
[5] Licda. Rocío Chaves Víquez; Pamela Umaña Barrientos (http://www.binasss.sa.cr/revistas/ts/63/art5.htm#Fariñasex)
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