jueves, 7 de julio de 2011

El contacto con mi ser interior

Sábado 12 de Febrero de 2011.

                                                Miriam Selene Lizárraga Reyes

                                                        INSTITUTO DE CRECIMIENTO Y REACTIVACIÓN DEL SER

miselire@hotmail.com

En una de las sesiones del Doctorado que realicé los sábados, decidimos que era necesario compartir con la comunidad en general, parte de mis trabajos de investigación, en donde plasmo acerca de la compleja situación que vivimos hoy en día en la interrelación social, afectiva, profesional de la naturaleza humana, pero sobre todo en lo relativo al proceso denominado como Amor.

Me preguntaba cómo intentar definirlo, cómo ejemplificarlo en los hechos cotidianos; y me di cuenta que solamente a través de mi interior hacia fuera de lo vivido intensamente y de la perfección de las cosas que relacionan lo cotidiano con lo espiritual, podría ser mucho más sencillo llegar a los demás y comunicarme con ellos mediante la palabra escrita.  Entonces se convirtió en el artículo que les entrego en esta ocasión.

Me percato de que todo lo que hay en el universo está en mi interior. Con esta reflexión quiero iniciar este reencuentro de mi experiencia en Desarrollo Humano. Necesito sentirme amada y digna de amor, cuando me digo a mi misma: “soy completamente feliz”, “soy completamente digna de amor”… sin detectarme defectos, puedo contactar con mi sabiduría organísmica en una conexión con el todo; incluyendo al universo mayor. Afirmo que fui creada para ser completamente plena, realizada al unir mente, cuerpo y espíritu; dándome cuenta que el amor puede curarme, renovarme, protegerme, inspirarme con su poder, acercarme a Dios.

La única base duradera para el amor es la experiencia directa del espíritu. Cuando me percibo como tal soy amor. Me doy cuenta que cuando amor y espíritu se unen, su poder conjunto puede lograr cualquier cosa. Entonces el amor es espíritu, el espíritu es el yo; lo que me hace realmente atractiva no es disfrazar mis puntos débiles, sino aceptarlos. Cuando se me brinda un gesto de amor es como si se me ofreciera una porción de Dios, siendo mortal.

En la sociedad contemporánea vivimos con un ritmo acelerado en todas nuestras acciones: me levanto temprano, hago el desayuno, despido a mi esposo, saco a pasear a mi mascota, llevo a mis hijos a sus escuelas, me dispongo hacer mi trabajo de tesis y reflexiono a solas.  ¿En cuántos de esos hechos llevo implícito el hecho amoroso?, ¿dije una palabra de aliento a mis hijos?, ¿acaricié a mi mascota?,  ¿agradecí a Dios por un nuevo día con excelente salud?, me respondo que tal vez olvido en alguno de los hechos, convertirlo en propuesta amorosa y en cambio solamente sigo la rutina.

Porque en esta época de avanzada tecnología y descubrimientos científicos el amor pareciera dejarse olvidado en el patio, o para un momento de recordatorio comercial en días como el de San Valentín, en épocas de fraterno calor humano o bien en festividades tradicionales que unen a las familias.

Me doy cuenta que el amor trasciende épocas, estilos, distancias, y que necesitaríamos como una forma de contacto con nuestro ser interior, volver a mirarnos hacia dentro, dialogar con nosotros mismos en silencio y con los seres que mas amamos. Bastaría tan sólo decirles: estoy contigo, te quiero mucho, cuenta conmigo siempre, que para algunas personas son frases trilladas, lugares comunes o expresiones de cursilerías para las mayorías; pero en aquellos que son nuestros seres más cercanos como mi esposo, mis hijos, mi madre, mis hermanos, mis amigos… el afecto, el amor, debe de decirse, no callarse y además en cualquier momento, sin esperar una fecha de cumpleaños de un ser querido, expresarles cuánto se les ama, y eso debiera ser intemporal.

De igual manera, debido al vinculo que me fue enseñado siendo niña, de mi cercanía con un ser supremo -de un Dios arquitecto del universo-, en la búsqueda de consolidar un futuro, de edificar una vida y de dar mayores elementos para lograr mi proyecto de vida, requiero la espiritualidad necesaria y solamente en momentos cruciales, recuerdo elevar plegarias y dar gracias al creador, o bien solicitarle ayuda divina. Aun sin unir vida y espíritu, hay que recuperar su fusión, no solamente  estar bien en estabilidad orgánica o profesional, sino también alimentar  cuerpo, mente y espíritu, en mí y en los seres que me rodean.

Cuando logro contactar con mi ser interior, es cuando me doy cuenta de que soy autentica, y congruente en mi actuar con los demás y soy generosa en la recompensa de vida con el binomio “ganar – ganar”.  Obtengo  beneficios sin lograrlo a costa del dolor ajeno, sino al contrario, me realizo como persona y multiplico en los demás sus logros, cualesquiera que estos sean. Así  me pongo retos siempre, con la mira de  forjarme metas cada vez más altas y después de haberlas idealizado, actúo, formándome un  hábito que me dará una vida y construirá mi destino.

Ante la escalada de violencia que a partir de un tiempo para acá nos ha afectado a la sociedad en su conjunto, continúo preguntándome ¿cómo puedo contribuir para darle una respuesta a este fenómeno que no es otra cosa que una manifestación de desamor en todas sus variantes? Una posibilidad de disminuir su impacto negativo entre nosotros, es a través de una campaña multidisciplinaria de valores permanentes desde el núcleo familiar, escolar, empresarial, en todos los ámbitos de la sociedad, y que permanezca.

Finalmente deseo decirles a quienes integramos la sociedad en su conjunto, que hay un equipo solidario de apoyo a su situación actual de vulnerabilidad social, hay un lugar donde pueden acudir y brindarles herramientas para acompañarlos en su proceso de vida y en su desarrollo armónico con valores. Aprovechando este espacio que me brinda este medio masivo de comunicación escrita, los invito a crecer cada día y reactivar su ser.











  













LA CULTURA SEXUAL COMO PARTE DE LA AUTORREALIZACION DEL ADOLESCENTE EN TELESECUNDARIA

Mazatlán, Sinaloa, julio del 2011.
 

Miriam Selene Lizárraga Reyes.




Mucho se ha indagado en temas relacionados con la sexualidad de adolescentes, numerosas investigaciones han  aportado sus resultados para comprender de qué manera asumen su sexualidad; sin embargo, partiendo de la influencia que tiene el entorno familiar, económico y social en el que el sujeto se desenvuelve, la sexualidad de éste puede ser analizada.



Los datos ya conocidos sobre la sexualidad en jóvenes adolescentes son generalmente aplicables para una totalidad, pero son  los factores sociales, familiares y económicos los que determinen el grado de validez de dichos datos.



Hablar del  alumno de telesecundaria,  es introducirnos en su hábitat y comprender desde su núcleo familiar, cómo experimentan sus etapas de desarrollo, sus costumbres, cultura y sexualidad.  El término de “telesecundaria” nos transporta a la imagen de alumnos con necesidades especiales de educación, ya sea por  pertenecer a un grupo social alejado al de una comunidad donde puedan asistir a una escuela cercana a su hogar. Esto nos lleva a comprender que se trata de jóvenes con culturas resistentes al cambio, con tabúes, familias conservadoras, y estilos de vida en su mayoría  humildes. Nos da factores determinantes para revisar cómo el joven va adquiriendo su cultura sexual, cómo la desarrolla, de qué manera la asume, y en qué momento se responsabiliza y hace uso de su decisión para definir su vida sexual en pareja.



La cultura sexual del adolescente parte desde su identidad de género, el cual lo obtiene desde que es concebido. El concepto de género se utiliza para describir aquellas características en los hombres y las mujeres que han sido conformadas "socialmente", en contraste con aquellas que están determinadas “biológicamente"; es decir, lo que determina la identidad y el comportamiento de género no es el sexo biológico, sino el hecho de haber vivido desde el nacimiento las experiencias, ritos y costumbres atribuidas a cierto género. Por lo que, no se puede ni se debe sustituir el concepto de sexo por género, o viceversa; son cuestiones distintas. El sexo se refiere a lo biológico, el género a lo construido socialmente, a lo simbólico.[1]



“El sexo deriva su significado del género. No es que plantee que el sexo, la sexualidad y el cuerpo no sean importantes, sino que  ellos son experimentados, comprendidos y asimilados a través de prácticas y procesos sociales; son constituidos a través del género y a la vez ayudan a establecer el género”.[2]



El adolescente asume su sexualidad en base a estereotipos impuestos para cada género. En el caso del hombre, se ha introducido la idea de ser activo, dominante; en cambio de la mujer se espera que sea pasiva, sumisa a la imponencia sexual del hombre, de esta manera la cultura sexual de ambos es permanente y responde a los estereotipos marcados.



La sexualidad que vive un adolescente de telesecundaria requiere de una interacción con el exterior, y una orientación hacia cómo decidir vivirla y desde qué momento. El docente o profesor brinda las herramientas que cree conveniente que sean aprendidas, sin embargo el alumno, en base a sus aprendizajes y experiencias personales y sociales, es quien decidirá adoptar nuevos patrones o arraigarse en los mismos que lo han acompañado desde generaciones atrás.



Así como es de tomar en consideración los aspectos culturales y sociales en el cual se desarrolla el individuo. También,  son de gran  importancia los cambios biológicos que sufre el adolescente durante su desarrollo. Estos deben ser comprendidos en medida en que van apareciendo, pero ¿cómo explicar la sexualidad de manera científica en el nivel medio básico cuando  existe otra serie de factores que la convierten en un tema delicado y a veces prohibido?



 Esto es sólo entonces, el principio del problema cuando además en su tratamiento existen una serie de elementos que la convierten en peligrosa para la mentalidad de los adolescentes. Uno de estos factores, lo constituye la oposición de algunos padres de familia o de algunos sectores de la sociedad para que se imparta educación de este tipo entre los alumnos de educación media básica. Este conjunto de individuos suelen representar a un tipo de sociedad cerrada y con "altos principios morales y religiosos" que consideran que la educación sexual destruye la dignidad humana. Nada más alejado de la realidad, pero que con su postura vuelven insana la enseñanza de estos contenidos y generan una problemática polémica acerca de sus enseñanza o no enseñanza en la escuela primaria.



Atendiendo este fenómeno, podemos hacer uso de la psicología humanista   en la educación, puesto que es innovadora,  pretende formar al ser humano en  su totalidad y procura satisfacer sus necesidades. La psicología humanista según Maslow, tiene como meta en el sujeto llevarlo a: “aprender a crecer, aprender hacia dónde crecer, aprender qué es bueno y malo, aprender qué es deseable e indeseable, aprender qué elegir y que no elegir”, en este caso podemos concretar que desde el punto de vista humanista, se puede conducir al alumno hacia una sexualidad sana,  la cual pueda comprender, aceptar, desarrollar, sobre todo decidir de qué manera vivirla y que lo lleve a su autorrealización.

La sexualidad humana se hace, conforma y sostiene gracias a la presencia de acciones concretas y específicas del conjunto social y familiar[3], por lo que forma parte de una de las etapas más significativas del ser humano, fundamental a la vez, para sentirse pleno. Esto es parte de su autorrealización.

Partiendo de que la autorrealización consiste en desarrollar todo nuestro potencial y convertirnos en todo lo que somos[4], la sexualidad es uno de los aspectos de la vida que abarca todo nuestro ser y define lo que somos: el género, el erotismo, la vinculación afectiva interpersonal y la reproductividad. 

El aspecto sexual viene a llenar una de las necesidades fisiológicas básicas del ser humano, que de acuerdo con Maslow, respirar, beber agua, alimentarse, dormir, descansar, eliminar los desechos, evitar el dolor y tener relaciones sexuales ocupan el primer lugar en la pirámide de necesidades que se deben cubrir para llegar a una Autorrealización. El logro de una determinada identidad sexual dependerá de las vinculaciones afectivas que la persona haya desarrollado así como de sus características individuales, de las conductas sexuales aprendidas, imprimiéndole una particularidad a su forma de expresar su sexualidad.[5]

Teniendo claro estos conceptos se establecerá la forma en que la sexualidad se presenta en la adolescencia, a fin de comprender las actitudes asumidas por los adolescentes de telesecundaria respecto a su sexualidad y la importancia de ésta. Para el adolescente la sexualidad comprende desde sentimientos, sensaciones, deseos, emociones y sueños. Es la etapa en la que se le da un énfasis a estos aspectos, por ello es importante reconocer que la sexualidad comienza a tomar forma en esta etapa de la vida y si se quiere brindar una guía adecuada es necesario tenerla en cuenta.

El alumno se encuentra de frente a un sistema que pretende moldear sus conductas y penetrar en sus estilos de vida para que apliquen nuevos conocimientos a sus vidas cotidianas. Esto le suele pasar a todo alumno de cualquier lugar perteneciente o no a un sistema educativo regular; la diferencia radica en la resistencia que ponga el alumno con los factores sociales anteriormente mencionados.



Como en cualquier adolescente en edad entre los doce y quince años, el aspecto sexual sufre un cambio determinante. Sin embargo no es atendido adecuadamente, o bien, no es abordado desde el origen de su naturaleza. Los temas sexuales no son hablados abiertamente y da entrada al morbo, dudas y juicios erróneos sobre las conductas sexuales propias y de los demás.


En el nivel de secundaria, dentro del programa de telesecundaria, se contemplan las necesidades de las comunidades alejadas, a través de planes de estudios específicos, de manera que al alumno no le resulte externa su aplicación en la vida cotidiana. Nos referimos a “externa” cuando para el alumno no es significativo, relevante o que considere que no tiene importancia en su entorno; pues en la mayor parte de los casos, desde pequeño ha recibido una educación basada en roles familiares enfocados a trabajos de campo, con ausencia de sus padres, en convivencia con personas mayores, todos ellos sin haber asistido a escuelas. Esto es lo que el joven trae consigo: un historial de conductas, un patrón de pensamiento heredado por sus padres y abuelos; la convivencia con jóvenes con estilos de vida sin progreso que no aporten un sentido opuesto; y un lenguaje “común”  característico de la comunidad a la que pertenecen.



El profesor de telesecundaria tiene una labor difícil al encontrarse con alumnos que piensan en la sexualidad como algo  prohibido y marginado. Éste debe tomar en cuenta el historial de vida del alumno, de tal forma que le permita conducirlo hasta lograr  una asimilación de cambios y procesos sexuales, y obtener una autorrealización y su desarrollo personal.

Bibliografía:



·         Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias, http://www.crim.unam.mx/drupal/, 07-07-2011, disponible en la Web: http://132.248.35.1/bibliovirtual/Tesis/Arillo/contenido.pdf

·         Wikipedia, Pirámide de Maslow, 07-07-2011, Disponible en la Web:  http://es.wikipedia.org/wiki/Pir%C3%A1mide_de_Maslow#Necesidades_b.C3.A1sicas

·         Marina, José Ignacio; ¿Qué es la Autorrealización?, Astrología y Desarrollo Personal, publicado el 19-04-2008, consultado el 07-07-2011, disponible en la Web: http://www.sermasyo.es/articulos/autorrealizacion/que-es-autorrealizacion/

·         Martínez Villena Rubén, Biblioteca Pública, Investigación: “Sexualidad Responsable. Su importancia”, 07-07-2011, disponible en la Web:  http://www.bpvillena.ohc.cu/index.php?option=com_content&view=article&id=367:investigacisexualidad-responsable-su-importanciaq&catid=55:sexualidad&Itemid=49

·         Sexualidad en la adolescencia, Pegándole a lo seguro, 07-07-2011, disponible en la Web: http://www.pegandolealoseguro.com/sexualidad.html



[1] Lassonde, Louise (1997). Op. Cit. P. 78
[2] Acker, Joan (1992). “Gendered Institutions: From Sex Roles to Gendered Institutions”, Contemporary Sociology. 21, 5, p. 566.
[3] Licda. Rocío Chaves Víquez; Pamela Umaña Barrientos (http://www.binasss.sa.cr/revistas/ts/63/art5.htm#Fariñasex)
[5] Licda. Rocío Chaves Víquez; Pamela Umaña Barrientos (http://www.binasss.sa.cr/revistas/ts/63/art5.htm#Fariñasex)